martes, 13 de septiembre de 2016

Los desnudos de Irving Penn


 
 
                                                            Ese triángulo que dibuja el sacro...
 
 
Los desnudos de Irving Penn son pruebas contundentes. Aunque no sé bien si de la existencia de Dios o de todo lo contrario. A mí, las demostraciones del Aquino, ni cuando era un niño y me daba clases de religión un cura me parecieron evidencias de nada. Probablemente porque era un niño, quien me lo explicaba era un cura de pueblo y las explicaciones que yo recibía atendiendo a mi edad y a la capacidad intelectual del cura no pasaban de un nivel ínfimo. Pero hay desnudos de Irving Penn con los que percibes lo que debe de ser el éxtasis de quedarse por toda la eternidad contemplando el rostro sereno de Dios. Sabiendo que esas mujeres no existen en el mundo que me ha tocado vivir. No existen ni aunque la modelo se hiciese carne a mi lado. Su corporeidad no se correspondería con la imagen que de ellas nos muestra Penn.

Creo que lo que sucede es que Irving Penn retrata una divinidad que no existe. O que tomé demasiados ácidos de joven. Ambas opciones no son incompatibles.

2 comentarios:

  1. Los ácidos (yo también me atraqué de joven) nos revelan con toda claridad la existencia (inaccesible) de las divinidades.

    Mi enhorabuena por tu magnífico blog.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Loam. Quizá sea la frecuentación de los ácidos el único signo que conozco de formar parte de una fratria.

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