sábado, 3 de junio de 2017

Marina Ginesta, una revolucionaria precoz.




Es sobradamente conocida la fotografía que Hans Gutmann (al que nosotros llamamos Juan Guzmán) hace de Marina Ginesta en el techo del Hotel Colón de Plaza de Cataluña el 21 de julio de 1936.
Dos días antes, la plaza ha sido ocupada por las tropas sublevadas que se han hecho fuertes en el Hotel Colon, el Casino Militar, los pisos inferiores de la telefónica, la Maisón Dorée y la terraza del Cine Cataluña. Desalojarlos ha llevado todo el día y muchos muertos. Los anarquistas, la guardia civil y la guardia de asalto han tenido que emplearse a fondo para vencer la resistencia de los militares. Ahora, en el momento de la foto, Marina sonríe altiva, segura del triunfo de la revolución proletaria. Nadie prevé tres años de penalidades y varios decenios de sometimiento.

Durante la guerra, Marina será la interprete de Mijail Koltsov, corresponsal de guerra de Pravda, y al terminar la contienda se exilia en Francia y más tarde en México y Venezuela. Aún no hace tres años que murió

Tenemos un retrato bastante completo de la vida de Marina Ginesta desde que sube a la terraza del Hotel Colón en los inicios de la guerra, hasta que muere en 2014. También sabemos por qué nació en Toulouse, quienes fueron sus padres, la militancia comunista de toda la familia. Podemos leer la semblanza que hacen de ella, Koltsov y Teresa Pamies.

Hoy, vaciando números de La Publicitat, el órgano de prensa de Acció Catalana, buscando noticias sobre el barrio chino de preguerra, me encuentro con una nota que hace referencia directa a Marina Ginesta, y sobre un hecho que para mi es novedoso y del que no había leído nada con anterioridad.

El 29 de mayo de 1932, domingo, tiene lugar en la barriada de Sants una manifestación comunista (del Partido Comunista Español dice la nota de prensa no recordando que desde 1921 se llama Partido Comunista de España). La manifestación se produce en solidaridad con los deportados del Buenos Aires. El Buenos Aires es un barco mercante que traslada a la colonia de Villa Cisneros a un centenar de detenidos por los sucesos del Alt Llobregat de febrero de aquel año, cuando se produjo una insurrección anarquista que proclamó el comunismo libertario en la región.

Los manifestantes se concentran en la calle Premia, cabe suponer que en la Plaza de Huesca, y desde allí con una bandera roja que lleva “bordada” la hoz y el martillo y una pancarta sobre los deportados del Buenos Aires, recorren la calle de Sants hasta la Plaza de España. Cantan La Internacional y corean los gritos de rigor correspondiente. En la Plaza de España les espera la guardia civil, por lo que dan media vuelta internándose por las calles de Sants hasta la calle Vilardell en donde les sale al paso un grupo de la guardia civil más varios guardias de asalto. Tras varias escaramuzas son detenidos varios de los manifestantes y trasladados a comisaria.

Entre los detenidos hay dos niñas de trece y once años de edad. La mayor es Marina Ginesta (que en la crónica llaman Maria Ginesta Coloma, natural de Tolosa y avecindada en Barcelona. La coincidencia de los dos apellidos, del lugar de nacimiento y de la edad hace impensable que pueda tratarse de otra persona que Marina Ginesta y solo cabe achacar el cambio de nombre a un error del periodista). La más pequeña se llama María Giner López. Ambas declaran pertenecer a los Pioneros Rojos, rama infantil de las juventudes comunistas. En el monedero de Marina Ginesta se encuentra un carnet de afiliación a los Pioneros Rojos, con sellos de cotización.
 
 
 
 
 
 
 
 

La nota de prensa incluía un dibujo con dos niños de los Pioneros Rojos, llevando una pancarta con la hoz y el martillo y la bandera de los piratas.  El dibujo está firmado por apa que es el pseudónimo que usaba el pintor Feliu Elias en el dibujo caricaturesco.
 
 
 
 

Puede que esta nota de prensa sea la entrada de Marina Ginesta en la historia de las luchas revolucionarias de los años treinta.