Es sobradamente conocida la fotografía
que Hans Gutmann (al que nosotros llamamos Juan Guzmán) hace de
Marina Ginesta en el techo del Hotel Colón de Plaza de Cataluña el
21 de julio de 1936.
Dos días antes, la plaza ha sido
ocupada por las tropas sublevadas que se han hecho fuertes en el
Hotel Colon, el Casino Militar, los pisos inferiores de la
telefónica, la Maisón Dorée y la terraza del Cine Cataluña.
Desalojarlos ha llevado todo el día y muchos muertos. Los
anarquistas, la guardia civil y la guardia de asalto han tenido que
emplearse a fondo para vencer la resistencia de los militares. Ahora,
en el momento de la foto, Marina sonríe altiva, segura del triunfo
de la revolución proletaria. Nadie prevé tres años de penalidades
y varios decenios de sometimiento.
Durante la guerra, Marina será la
interprete de Mijail Koltsov, corresponsal de guerra de Pravda, y al
terminar la contienda se exilia en Francia y más tarde en México y
Venezuela. Aún no hace tres años que murió
Tenemos un retrato bastante completo de
la vida de Marina Ginesta desde que sube a la terraza del Hotel Colón
en los inicios de la guerra, hasta que muere en 2014. También sabemos
por qué nació en Toulouse, quienes fueron sus padres, la militancia
comunista de toda la familia. Podemos leer la semblanza que hacen de
ella, Koltsov y Teresa Pamies.
Hoy, vaciando números de La
Publicitat, el órgano de prensa de Acció Catalana, buscando
noticias sobre el barrio chino de preguerra, me encuentro con una
nota que hace referencia directa a Marina Ginesta, y sobre un hecho
que para mi es novedoso y del que no había leído nada con
anterioridad.
El 29 de mayo de 1932, domingo, tiene
lugar en la barriada de Sants una manifestación comunista (del
Partido Comunista Español dice la nota de prensa no recordando que
desde 1921 se llama Partido Comunista de España). La manifestación
se produce en solidaridad con los deportados del Buenos Aires. El
Buenos Aires es un barco mercante que traslada a la colonia de
Villa Cisneros a un centenar de detenidos por los sucesos del Alt
Llobregat de febrero de aquel año, cuando se produjo una insurrección
anarquista que proclamó el comunismo libertario en la región.
Los manifestantes se concentran en la
calle Premia, cabe suponer que en la Plaza de Huesca, y desde allí
con una bandera roja que lleva “bordada” la hoz y el martillo y
una pancarta sobre los deportados del Buenos Aires, recorren la calle
de Sants hasta la Plaza de España. Cantan La Internacional y corean
los gritos de rigor correspondiente. En la Plaza de España les
espera la guardia civil, por lo que dan media vuelta internándose
por las calles de Sants hasta la calle Vilardell en donde les sale al
paso un grupo de la guardia civil más varios guardias de asalto.
Tras varias escaramuzas son detenidos varios de los manifestantes y
trasladados a comisaria.
Entre los detenidos hay dos niñas de
trece y once años de edad. La mayor es Marina Ginesta (que en la
crónica llaman Maria Ginesta Coloma, natural de Tolosa y avecindada
en Barcelona. La coincidencia de los dos apellidos, del lugar de
nacimiento y de la edad hace impensable que pueda tratarse de otra
persona que Marina Ginesta y solo cabe achacar el cambio de nombre a
un error del periodista). La más pequeña se llama María Giner
López. Ambas declaran pertenecer a los Pioneros Rojos, rama infantil
de las juventudes comunistas. En el monedero de Marina Ginesta se
encuentra un carnet de afiliación a los Pioneros Rojos, con sellos
de cotización.
La nota de prensa incluía un dibujo
con dos niños de los Pioneros Rojos, llevando una pancarta con la
hoz y el martillo y la bandera de los piratas. El dibujo está firmado por apa
que es el pseudónimo que usaba el pintor Feliu Elias en el dibujo caricaturesco.
Puede que esta nota de prensa sea la
entrada de Marina Ginesta en la historia de las luchas
revolucionarias de los años treinta.