miércoles, 21 de agosto de 2019

La Plaza de Sant Felip Neri

                                                            Fachada de la iglesia de Sant Felip Neri

Esta mañana he ido a la Plaza de Sant Felip Neri adonde he llegado paseando con mi hija pequeña. Quería que viese las señales que dejó en la plaza el bombardeo de la aviación italiana del día 30 de enero de 1938. Durante la guerra civil, los Savoia Marchetti, bombarderos de la aviación de Mussolini, despegaban del aeropuerto de Mallorca y volaban hasta Barcelona dejando caer su carga de muerte. En conjunto, fueron muchos vuelos. Aquel día de enero,  el bombardeo afectó a Ciutat Vella, cuando en la plaza jugaba un grupo de niños de Alcala de Henares, refugiados en Barcelona. Murieron más de 42 personas en la plaza, de ellos 20 niños.
Quienes tiraron las bombas no sabían que los puntitos negros que se movían  en la plaza eran niños jugando  y corriendo tras una pelota.  En el muro de la iglesia, persisten hoy los desconchados que provocó la metralla. Quería que los viese y la semana próxima la llevaré a Vic para que conozca el lugar donde hace casi treinta años ETA  causó una matanza en el cuartel de la guardia civil. Los etarras que lanzaron un coche lleno de amonal y metralla contra el patio del cuartel sí vieron que había niños jugando.  Zubieta, uno de los etarras del comando,  cuando se le juzgó por el hecho,  a la pregunta de la acusación de  "si no vio a los niños jugar segundos antes de lanzar el vehículo explosivo",  respondió que  “ése es un hecho que no valoramos porque no es nuestro problema que los guardias civiles utilicen a los niños como escudos humanos”   En el atentado de Vic murieron cinco niños y otros tantos adultos.  Pero esto será la semana próxima

                                 Atentado de ETA contra la casa cuartel de la guardia civil en Vic. 29 de mayo de 1991. 

 Cansados de la excursión hemos entrado en la iglesia de la plaza buscando la frescura del interior. Solo tres personas en los bancos y sonaba el órgano ¡¡¡la música con que da comienzo la película de El abominable Dr. Phibes!!!. Me he acercado al órgano. Una persona con el aspecto de haberse caído de pequeño en la marmita donde el brujo de su tribu preparaba los hongos para las ceremonias religiosas accionaba el instrumento.
Salimos al exterior y volvemos a casa. Si me da tiempo quiero terminar de leer esta tarde  Los canibales (Mangez-le si vous voulez)  de Jean Teule. Una novelita que me está costando mucho terminar,  porque me turba y que quisiera tirar a la basura y olvidarme de ella.  Narra un hecho real, la tortura a la que es sometido un pequeño burgués en un pueblo francés durante la guerra franco´-prusiana de 1870 por una muchedumbre enloquecida que lo confunde con un espía del enemigo. Alain de Moneys fue detenido, torturado, descoyuntado y comido por sus vecinos.  Me recuerda la historia a la película Furia de Fritz Lang,  donde un inocente está a punto de ser linchado por una masa enajenada, pero en este caso no hay perritos, cacahuetes,  Spencer Tracy ni tomas que estéticamente anulen el horror de lo que narran.  Siendo terrible lo que cuenta Jean Teule, una masa que se abandona por unas horas a un furor homicida que hace añicos a un ser de esa comunidad, nunca se acercará su horror a la planificación metódica del terror por un grupo  con  propósitos políticos.

 Malos tiempos le esperan a mi hija. Ojala,  el horror que durante toda su vida le mostrará el televisor no se le acerque demasiado. []




  Esta foto y las dos siguientes son del grupo de niños del colegio Antonio Solis de  Alcalá de Henares que sufrieron el impacto de la bomba. Fot: Branguli.